En dicha festividad participan más de 40 mil danzarines y músicos de las etnias quechua y aymara.
La Unesco declaró a la Fiesta de la Virgen de la Candelaria como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, a solicitud del Gobierno de Perú. Esta festividad que se realiza en el mes de febrero en la ciudad de Puno incluye diversas actividades religiosas y culturales que mezclan el mundo andino con elementos católicos.
"Esta distinción le pertenece al pueblo puneño ya que la festividad parte de una iniciativa de los propios puneños con el liderazgo de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Puno", señaló Soledad Mujica, directora de Patrimonio Inmaterial del Ministerio de Cultura de Perú. "Representa el valor de Patrimonio Cultural e Inmaterial que tiene el Perú ya que se trata de la séptima inscripción en esta lista. Somos uno de los países de Latinoamérica que tiene más reconocimientos", agregó.
La Fiesta de la Virgen de la Candelaria empieza desde muy temprano con una ceremonia de purificación. A la mañana siguiente, el acto litúrgico encabeza la procesión de la imagen de la Virgen de la Candelaria, para luego ser llevada en andas por varias calles de la ciudad de Puno, acompañada de danzas y músicas tradicionales. Posteriormente se realiza una competencia de unos 170 grupos de toda la región que comprenden más de 40 mil bailarines y músicos. Los principales participantes de este certámen son los habitantes de las etnias quechua y aymara de las zonas urbanas y rurales de Puno.
“La transmisión a las generaciones más jóvenes de todos esos conocimientos se efectúa mediante la organización de ensayos musicales y coreográficos, y también mediante la creación de talleres para la fabricación de máscaras. Las fiestas finalizan con una ceremonia en honor de la Virgen, un concierto y misas de despedida”, señaló la Unesco.
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